jueves, 17 de enero de 2013

Metáfora del autobús


Después de tantas y tantas veces en las que se ha usado la metáfora del autobús de ACT en consulta creo que hoy es el día de compartirla para que alguno la haga suya y para que a mi misma no se me olvide y me la autoaplique.

Imagina que eres el conductor de un autobús con muchos pasajeros. Como en todos los autobuses hay pasajeros buenos y malos, estos pasajeros son pensamientos, sentimientos, recuerdos, etc. Algunos de estos pasajeros son muy desagradables y con una apariencia peligrosa.

Mientras conduces algunos de los pasajeros comienzan a amenazarte diciéndote lo que tienes que hacer, para donde tienes que ir e incluso pueden llegar a insultarte y desanimarte. Como te sientes muy mal haces lo que te dicen para que por un rato se vayan al fondo del autobús y te dejen tranquilo. 

Después de un tiempo vas a terminar cansado y vas a querer echarlos del autobús, pero no puedes y te enfrentas a ellos. Pero ¿Qué pasa? Que ya has dejado de conducir, estás estancado en el mismo lugar luchando con tus pasajeros sin llegar a ningún sitio. Así que como las discusiones no llegan a ninguna parte y no consigues echarlos, te resignas y vuelves a conducir donde ellos quieren. De esta forma, para que no te molesten y no te sientas mal empiezas a hacer todo lo que te dicen e incluso, puede llegar el día en que ni siquiera tengan que decirte a donde quieren ir, sino, que irás donde ellos quieren sin que tengan que decirte nada.

Sin tardar mucho llegas a justificar todo lo que haces afirmando que solo existe un camino, con la única excusa de, que si no haces lo que quieren empezarán de nuevo a molestarte con pensamientos, sentimientos, etc. Como a veces pueden ser muy fuertes esos pensamientos y sentimientos y te hacen mucho daño, aceptas el trato para que te dejen tranquilo y estén al final del autobús.

En este caso intentando mantener el control de los pasajeros has perdido la dirección del autobús. No dejes que tus malos pasajeros te digan como debes conducir tu autobús, puedes seguir conduciendo por donde tu quieres a pesar de llevar esos pasajeros. Ten en cuenta que unas veces van a estar mas presentes los buenos y otros los malos, pero tanto con unos como con otros puedes seguir conduciendo.

No dejes que el miedo, la inseguridad, la ansiedad o cualquier otro pasajero te impida conducir tu autobús que en este caso es tu vida.

Beatriz S.